Löydetty 49 Tulokset: Vientre

  • Entonces Yavé Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás tierra por todos los días de tu vida. (Génesis 3, 14)

  • Llegó el día del nacimiento, y se comprobó que había mellizos en su vientre. (Génesis 25, 24)

  • Pero una vez que las tuvieron en su vientre, no se notaba en absoluto, pues seguían tan flacas y feas como antes. Entonces me desperté. (Génesis 41, 21)

  • No comerán aquellos que caminan sobre su vientre o que se arrastran por el suelo sobre cuatro patas o sobre muchas patas; ustedes los tendrán por inmundos. (Levítico 11, 42)

  • Y el sacerdote proseguirá con la fórmula de maldición: Que Yavé te convierta en maldición y abominación en medio de tu pueblo; que se marchiten tus senos y que se te hinche el vientre. (Números 5, 21)

  • Entren en tus entrañas las aguas que traen la maldición, haciendo que se pudran tus muslos y reviente tu vientre.» Y la mujer responderá: ¡Así sea, así sea! (Números 5, 22)

  • Si la mujer fue infiel a su marido y se hizo impura, el agua que bebió se volverá amarga en ella, se le hinchará el vientre y se le marchitarán los senos y será mujer maldita en medio de su pueblo. (Números 5, 27)

  • siguió al israelita al interior de su tienda y los traspasó a los dos, al hombre y a la mujer, en pleno vientre. Inmediatamente cesó la plaga que se cernía sobre Israel: (Números 25, 8)

  • Este será el derecho de los sacerdotes respecto del pueblo. Cuando se ofrezca ya sea buey u oveja, se le dará al sacerdote la espaldilla, las quijadas y el vientre. (Deuteronomio 18, 3)

  • Yavé te colmará de toda clase de bienes, multiplicando el fruto de tu vientre, el fruto de tus ganados y el fruto de tu tierra, la cual prometió Yavé con juramento a tus padres que te la daría. (Deuteronomio 28, 11)

  • Y el rey se levantó de su silla. Entonces Ehud, con su mano izquierda, tomó el puñal que llevaba sobre el muslo derecho y se lo hundió en el vientre. (Jueces 3, 21)

  • Incluso el puño penetró con la hoja y se cerró la grasa en torno a la hoja, pues no se la sacó del vientre. (Jueces 3, 22)


“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina