Löydetty 246 Tulokset: haré

  • Anda a buscar al niño, y llévalo bien agarrado, porque de él haré yo un gran pueblo.» (Génesis 21, 18)

  • Anda al corral y tráeme dos cabritos de los mejores que haya; con ellos haré un guiso como le gusta a tu padre. (Génesis 27, 9)

  • Yo estoy contigo; te protegeré a donde quiera que vayas y te haré volver a esta tierra, pues no te abandonaré hasta que no haya cumplido todo lo que te he dicho.» (Génesis 28, 15)

  • Yo te acompañaré a Egipto, y también te haré volver aquí. José te cerrará los ojos.» (Génesis 46, 4)

  • Cuando me haya ido a descansar con mis padres, sácame de Egipto y entiérrame en la tumba de ellos.» José respondió: «Lo haré tal como lo pides.» Insistió Jacob: «¡Júramelo!» Y José se lo juró. (Génesis 47, 30)

  • "Mira, yo haré que seas fecundo y que te multipliques. Haré de ti una asamblea de naciones y te daré a ti y a tus descendientes después de ti este país, como una propiedad eterna." (Génesis 48, 4)

  • Yavé le dijo, asimismo: «Cuando regreses a Egipto, harás delante de Faraón todos los prodigios para los cuales te he dado poder. Pero yo haré que se ponga porfiado y no dejará partir a mi pueblo. (Exodo 4, 21)

  • Sin embargo, haré que se mantenga en su negativa y, por más que yo multiplique mis prodigios y milagros a costa de Egipto, (Exodo 7, 3)

  • Faraón respondió: «Mañana.» «Bien -dijo Moisés-, lo haré como tú pides, para que sepas que no hay nadie como Yavé, nuestro Dios. (Exodo 8, 6)

  • Yo haré distinción entre mi pueblo y el tuyo, y esto sucederá mañana.» (Exodo 8, 19)

  • También haré distinción entre el ganado de los egipcios y el de mi pueblo, de manera que no se perderá nada de lo que pertenece a los hijos de Israel.» (Exodo 9, 4)

  • Pues bien, mañana a esta misma hora, haré llover una granizada tan fuerte como no ha habido otra en Egipto desde el día en que fue fundado hasta hoy. (Exodo 9, 18)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina