Löydetty 13 Tulokset: Consagración

  • Le colocarás también el turbante sobre la cabeza y el signo de su consagración encima del turbante. (Exodo 29, 6)

  • Finalmente, forjaron la flor de oro puro - signo de consagración - y grabaron en ella, como se graban los sellos, la siguiente inscripción: "Consagrado al Señor". (Exodo 39, 30)

  • Este es el ritual del holocausto, de la oblación, del sacrificio por el pecado, del sacrificio de reparación, del sacrificio de la consagración y del sacrificio de comunión, (Levítico 7, 37)

  • también puso sobre su cabeza el turbante, y encima de este, sobre la frente, colocó la flor de oro -el signo de su consagración- como el Señor se lo había ordenado. (Levítico 8, 9)

  • Luego hizo traer el segundo carnero, el carnero del sacrificio de la consagración. Aarón y sus hijos impusieron sus manos sobre la cabeza de la víctima, (Levítico 8, 22)

  • Volvió a tomarlo, y lo hizo arder sobre el altar junto con el holocausto: era un sacrificio de la consagración, un sacrificio de aroma agradable, una ofrenda que se quema para el Señor. (Levítico 8, 28)

  • Luego Moisés tomó el pecho de la víctima e hizo con él el gesto de presentación delante del Señor: esta era la parte del carnero de la consagración, que correspondía a Moisés, según la orden impartida por el Señor. (Levítico 8, 29)

  • Entonces Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: "Hagan cocer la carne a la entrada de la Carpa del Encuentro, y cómanla allí mismo, con el pan que está en la canasta del sacrificio de la consagración, conforme a la orden que recibí: ‘Aarón y sus hijos comerán esto’. (Levítico 8, 31)

  • Durante siete días no abandonarán la entrada de la Carpa del Encuentro, o sea, hasta que termine el período de la consagración, porque la consagración de ustedes durará siete días. (Levítico 8, 33)

  • Tampoco se alejará del Santuario de su Dios, para no profanarlo, porque él tiene sobre sí la consagración conferida con el óleo de la unción de su Dios. Yo soy el Señor. (Levítico 21, 12)

  • Durante todo el tiempo de su consagración al Señor, no se acercará a ningún muerto. (Números 6, 6)

  • Aunque mueran su padre, su madre, su hermano o su hermana, no incurrirá en impureza a causa de ellos, porque él lleva sobre su cabeza la consagración de su Dios. (Números 6, 7)


“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina