Löydetty 627 Tulokset: Corazón

  • Cada vez que Aarón entre en el Santuario, llevará sobre su corazón, en el pectoral del juicio de Dios, los nombres de los hijos de Israel, para mantener siempre vivo el recuerdo de ellos en la presencia del Señor. (Exodo 28, 29)

  • No odiarás a tu hermano en tu corazón; deberás reprenderlo convenientemente, para no cargar con un pecado a causa de él. (Levítico 19, 17)

  • Pero yo también me pondré contra ellos y los llevaré al país de sus enemigos. Así se humillará su corazón incircunciso y pagarán sus culpas. (Levítico 26, 41)

  • Ustedes llevarán esos flecos, y al verlos se acordarán de todos los mandamientos del Señor. Así los pondrán en práctica, y no seguirán los caprichos de su corazón y de sus ojos que los arrastran al desenfreno. (Números 15, 39)

  • Pero Sijón, rey de Jesbón, se negó a dejarnos pasar por su territorio, porque el Señor, tu Dios, había ofuscado su espíritu y endurecido su corazón, a fin de ponerlo en tus manos, como lo está todavía hoy. (Deuteronomio 2, 30)

  • Pero presta atención y ten cuidado, para no olvidar las cosas que has visto con tus propios ojos, ni dejar que se aparten de tu corazón un sólo instante. Enséñalas a tus hijos y a tus nietos. (Deuteronomio 4, 9)

  • Entonces buscarás al Señor, tu Dios, y lo encontrarás, si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma. (Deuteronomio 4, 29)

  • Reconoce hoy y medita en tu corazón que el Señor es Dios -allá arriba, en el cielo, y aquí abajo, en la tierra- y no hay otro. (Deuteronomio 4, 39)

  • Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. (Deuteronomio 6, 5)

  • Graba en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy. (Deuteronomio 6, 6)

  • Acuérdate del largo camino que el Señor, tu Dios, te hizo recorrer por el desierto durante esos cuarenta años. Allí él te afligió y te puso a prueba, para conocer el fondo de tu corazón y ver si eres capaz o no de guardar sus mandamientos. (Deuteronomio 8, 2)

  • Y cuando el Señor, tu Dios, los arroje lejos de ti, no digas en tu corazón: "A causa de mi justicia, el Señor me ha puesto en posesión de esta tierra". Porque sólo por la perversidad de esas naciones, el Señor, tu Dios, las despoja ante ti. (Deuteronomio 9, 4)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina