Löydetty 229 Tulokset: Faraón

  • "Cuando el Faraón les pida que hagan un prodigio, tú le dirás a Aarón: ‘Toma tu cayado y arrójalo delante del Faraón; y el cayado se convertirá en una serpiente’". (Exodo 7, 9)

  • Moisés y Aarón se presentaron entonces ante el Faraón e hicieron todo lo que el Señor les había ordenado. Aarón arrojó su cayado delante del Faraón y de sus servidores, y el cayado se transformó en una serpiente. (Exodo 7, 10)

  • El Faraón, a su vez, convocó a los sabios y hechiceros; y los magos de Egipto, valiéndose de sus artes secretas, hicieron otro tanto. (Exodo 7, 11)

  • A pesar de esto, el Faraón persistió en su obstinación y no los escuchó, como el Señor lo había predicho. (Exodo 7, 13)

  • El Señor dijo a Moisés: "El Faraón está obstinado y se resiste a dejar partir al pueblo. (Exodo 7, 14)

  • Moisés y Aarón hicieron lo que el Señor les había ordenado. Él levantó su bastón y golpeó las aguas del Nilo, a la vista del Faraón y de todos sus servidores. Y toda el agua del Nilo se convirtió en sangre. (Exodo 7, 20)

  • Pero los magos egipcios, valiéndose de sus artes secretas, hicieron lo mismo. Por eso el Faraón persistió en su obstinación y no los escuchó, como el Señor lo había predicho. (Exodo 7, 22)

  • El Señor dijo a Moisés: "Preséntate ante el Faraón y dile: ‘Así habla el Señor: Deja que mi pueblo vaya a rendirme culto. (Exodo 7, 26)

  • El Faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: "Rueguen al Señor que aleje las ranas de mí y de mis súbditos, y yo me comprometo a dejar que el pueblo vaya a ofrecer sacrificios al Señor". (Exodo 8, 4)

  • Moisés respondió al Faraón: "Dígnate indicarme el momento en que debo rogar por ti, por tus servidores y por tu pueblo para que las ranas se aparten de ti y de tus casas, y queden solamente en el Nilo". (Exodo 8, 5)

  • "Mañana", dijo el Faraón. Entonces Moisés añadió: "Que suceda conforme a tus palabras. Así sabrás que no hay nadie como el Señor, nuestro Dios. (Exodo 8, 6)

  • Cuando Moisés y Aarón se separaron del Faraón, Moisés rogó al Señor para que alejara las ranas con que había castigado al Faraón, (Exodo 8, 8)


“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina