Löydetty 751 Tulokset: Palabra

  • Absalón, por su parte, no le dirigió más la palabra a Amnón, debido al rencor que le tenía por haber violado a su hermana Tamar. (II Samuel 13, 22)

  • Pero Jonadab, hijo de Simeá, hermano de David, tomó la palabra y dijo: "Que mi señor no diga que han matado a todos los jóvenes hijos del rey. Sólo ha muerto Amnón, porque Absalón ya había pronunciado la sentencia desde el día en que aquel violó a su hermana Tamar. (II Samuel 13, 32)

  • La mujer siguió diciendo: "¿Podría esta servidora decirle una palabra a mi señor, el rey?". "Habla", replicó él. (II Samuel 14, 12)

  • Tu servidora pensó además: ‘Que la palabra del rey nos traiga la calma. Porque él es como un ángel de Dios para distinguir el bien del mal’ ¡Que el Señor, tu Dios, esté contigo!". (II Samuel 14, 17)

  • Entonces el rey tomó la palabra y dijo a la mujer: "Por favor, no me ocultes nada de lo que te voy a preguntar". La mujer respondió: "Dígnese hablar mi señor, el rey". (II Samuel 14, 18)

  • Ahora levántate y ve a dar una palabra de aliento a tus servidores. Porque si no sales, ¡juro por el Señor que esta noche no quedará nadie contigo! Y esa sí que será para ti una desgracia peor que todas las que has soportado desde tu juventud hasta ahora". (II Samuel 19, 8)

  • El espíritu del Señor habla por mí y su palabra está en mi lengua; (II Samuel 23, 2)

  • A la mañana siguiente, cuando David se levantó, la palabra del Señor había llegado al profeta Gad, el vidente de David, en estos términos: (II Samuel 24, 11)

  • David subió conforme a la palabra que le había dicho Gad por orden del Señor. (II Samuel 24, 19)

  • Entonces el rey David tomó la palabra y dijo: "Llámenme a Betsabé". Ella se presentó al rey y se quedó de pie delante de él. (I Reyes 1, 28)

  • Pero Jonatán tomó la palabra y dijo a Adonías: "¡Al contrario! Nuestro señor, el rey David, ha proclamado rey a Salomón. (I Reyes 1, 43)

  • y el Señor mantendrá esta palabra que me ha dicho: Si tus hijos vigilan su conducta, caminando delante de mí con fidelidad, de todo corazón y con toda su alma, nunca te faltará un descendiente en el trono de Israel. (I Reyes 2, 4)


O maldito “eu” o mantém apegado à Terra e o impede de voar para Jesus. São Padre Pio de Pietrelcina