Löydetty 17 Tulokset: Pude
Él regresó y dijo a Judá: "No la pude encontrar. Además, la gente del lugar me aseguró que allí nunca hubo una prostituta". (Génesis 38, 22)
llamó a sus servidores y les dijo: "¡Miren! Mi marido nos ha traído un hebreo, sólo para que se ría de nosotros. Él intentó acostarse conmigo, pero yo grité lo más fuerte que pude. (Génesis 39, 14)
Al morir Salmanasar, reinó en lugar de él su hijo Senaquerib. Entonces se interrumpieron las comunicaciones con Media, y ya no pude volver allí. (Tobías 1, 15)
Entonces Ajicar intercedió por mí y pude volver a Nínive. Bajo el reinado de Senaquerib, rey de Asiria, él había sido copero mayor, guardasellos, administrador y contador, y Asaradón lo confirmó en esos cargos. Él pertenecía a mi familia, era mi sobrino. (Tobías 1, 22)
cuando de pronto irrumpieron los sabeos y se los llevaron, pasando a los servidores al filo de la espada. Yo solo pude escapar para traerte la noticia". (Job 1, 15)
Todavía estaba hablando, cuando llegó otro y le dijo: "Cayó del cielo fuego de Dios, e hizo arder a las ovejas y a los servidores hasta consumirlos. Yo solo pude escapar para traerte la noticia". (Job 1, 16)
Todavía estaba hablando, cuando llegó otro y le dijo: "Los caldeos, divididos en tres grupos, se lanzaron sobre los camellos y se los llevaron, pasando a los servidores al filo de la espada. Yo solo pude escapar para traerte la noticia". (Job 1, 17)
y de pronto sopló un fuerte viento del lado del desierto, que sacudió los cuatro ángulos de la casa. Esta se desplomó sobre los jóvenes, y ellos murieron. Yo solo pude escapar para traerte la noticia. (Job 1, 19)
Si este ha sido bueno y bien logrado, no es otra cosa lo que yo pretendía. Si, por el contrario, es imperfecto y mediocre, lo cierto es que hice todo lo que pude. (II Macabeos 15, 38)
No se fijen en mi tez morena: he sido tostada por el sol. Los hijos de mi madre se irritaron contra mí, me pusieron a cuidar las viñas, ¡y a mi propia viña no la pude cuidar! (Cantar 1, 6)
Luego midió otros quinientos metros, y ya era un torrente que no pude atravesar, porque el agua había crecido: era un agua donde había que nadar, un torrente intransitable. (Ezequiel 47, 5)
Así quedé yo solo contemplando esta gran aparición, y me sentí desfallecer; mi semblante se demudó hasta desfigurarse, y no pude sobreponerme. (Daniel 10, 8)