Löydetty 302 Tulokset: Puerta

  • Pedro le dijo: «¿Por qué se han puesto de acuerdo para tentar así al Espíritu del Señor? Mira junto a la puerta las pisadas de los que acaban de enterrar a tu marido; ellos también te van a llevar a ti». (Hechos 5, 9)

  • Mientras Pedro, desconcertado, se preguntaba qué podía significar la visión que acababa de tener, llegaron los hombres enviados por Cornelio. Estos averiguaron dónde vivía Simón y se presentaron ante la puerta de la casa. (Hechos 10, 17)

  • La noche anterior al día en que Herodes pensaba hacerlo comparecer, Pedro dormía entre dos soldados, atado con dos cadenas, y los otros centinelas vigilaban la puerta de la prisión. (Hechos 12, 6)

  • Pasaron así el primero y el segundo puesto de guardia, y llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad. La puerta se abrió sola delante de ellos. Salieron y anduvieron hasta el extremo de una calle, y en seguida el Ángel se alejó de él. (Hechos 12, 10)

  • Cuando golpeó a la puerta de calle, acudió una sirvienta llamada Rosa; (Hechos 12, 13)

  • esta, al reconocer su voz, se alegró tanto, que en lugar de abrir, entró corriendo a anunciar que Pedro estaba en la puerta. (Hechos 12, 14)

  • A su llegada, convocaron a los miembros de la Iglesia y les contaron todo lo que Dios había hecho con ellos y cómo había abierto la puerta de la fe a los paganos. (Hechos 14, 27)

  • ya que se ha abierto una gran puerta para mi predicación, aunque los adversarios son numerosos. (I Corintios 16, 9)

  • Cuando llegué a Tróade para anunciar la Buena Noticia de Jesús, aunque el Señor abrió una puerta para mi predicación, (II Corintios 2, 12)

  • Hermanos, no se quejen los unos de los otros, para no ser condenados. Miren que el Juez ya está a la puerta. (Santiago 5, 9)

  • "Yo conozco tus obras; he abierto delante de ti una puerta que nadie puede cerrar, porque a pesar de tu debilidad, has cumplido mi Palabra sin renegar de mi Nombre. (Apocalipsis 3, 8)

  • Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos. (Apocalipsis 3, 20)


“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina