Löydetty 332 Tulokset: Saúl

  • todos los hombres valientes emprendieron la marcha, retiraron el cadáver de Saúl y los cadáveres de sus hijos, y se los llevaron a Iabés. Allí sepultaron sus huesos bajo el Terebinto de Iabés y ayunaron siete días. (I Crónicas 10, 12)

  • Así murió Saúl, por haberse rebelado contra el Señor, no observando su palabra, y por haber evocado y consultado al espíritu de un muerto, (I Crónicas 10, 13)

  • Ya desde antes, incluso cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú el que conducía a Israel. Y ahora el Señor te ha dicho: ‘¡Tu apacentarás a mi pueblo Israel, tu serás el jefe de mi pueblo Israel!’". (I Crónicas 11, 2)

  • Estos son los que se unieron a David en Siquelag, mientras él se mantenía alejado de Saúl, hijo de Quis. Ellos estaban entre los guerreros de refuerzo para los combates. (I Crónicas 12, 1)

  • Manejaban el arco y la honda con la derecha y con la izquierda, para lanzar flechas y piedras. Eran benjaminitas, parientes de Saúl. (I Crónicas 12, 2)

  • También algunos hombres de Manasés se plegaron a David, cuando él iba con los filisteos a combatir contra Saúl; pero esa gente no pudo ayudarlo porque los príncipes de los filisteos, reunidos en consejo, lo despidieron, diciendo: "Él se pondrá de parte de Saúl, su señor, a costa de nuestras vidas". (I Crónicas 12, 20)

  • Este es el número de los hombres equipados con sus armas, que se presentaron ante David en Hebrón, para transferirle el reino de Saúl, conforme a la orden del Señor: (I Crónicas 12, 24)

  • Hombres de Benjamín, parientes de Saúl: 3.000, la mayor parte de los cuales habían estado al servicio de la casa de Saúl. (I Crónicas 12, 30)

  • Entonces traeremos junto a nosotros el Arca de nuestro Dios, ya que no nos hemos preocupado de ella en los tiempos de Saúl". (I Crónicas 13, 3)

  • Cuando el Arca de la Alianza del Señor entraba en la Ciudad de David, Mical, la hija de Saúl, estaba mirando por una ventana, y al ver al rey David saltando y bailando, lo despreció en su corazón. (I Crónicas 15, 29)

  • Y lo que habían consagrado el vidente Samuel, Saúl, hijo de Quis, Abner, hijo de Ner, y Joab, hijo de Seruiá, en una palabra, todas las cosas sagradas estaban bajo la custodia de Selomit y sus hermanos. (I Crónicas 26, 28)

  • Del maestro de coro. De David, el servidor del Señor, que dirigió al Señor las palabras de este canto, cuando él lo libró de todos sus enemigos y de las manos de Saúl. (Salmos 18, 1)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina