Löydetty 140 Tulokset: desgracia

  • Yo voy a atraer la desgracia sobre ti: barreré hasta tus últimos restos y extirparé a todos los varones de la familia de Ajab, esclavos o libres en Israel. (I Reyes 21, 21)

  • "¿Has visto cómo Ajab se ha humillado delante de mí? Porque se ha humillado delante de mí, no atraeré la desgracia mientras él viva, sino que la haré venir sobre su casa en tiempos de su hijo". (I Reyes 21, 29)

  • por eso, así habla el Señor, el Dios de Israel: Yo haré venir sobre Jerusalén y Judá una desgracia tal, que le zumbarán los dos oídos al que oiga hablar de ella. (II Reyes 21, 12)

  • Así habla el Señor: Yo voy a traer una desgracia a este lugar y sobre sus habitantes, cumpliendo así todas las palabras del libro que ha leído el rey de Judá. (II Reyes 22, 16)

  • Por eso, voy a reunirte con tus padres: serás sepultado en paz y tus ojos no verán nada de la desgracia que atraeré sobre este lugar". Ellos llevaron la respuesta al rey. (II Reyes 22, 20)

  • Después se unió a su mujer, la cual concibió y dio a luz un hijo, al que llamó Beriá, por la desgracia que había sufrido su familia. (I Crónicas 7, 23)

  • cualquiera sea la oración o la súplica que te dirija un miembro de tu pueblo Israel, sintiéndose tocado por su desgracia y su dolor, y con las manos extendidas hacia esta Casa, (II Crónicas 6, 29)

  • ‘Si nos sobreviene alguna desgracia -la espada, el castigo, la peste o el hambre- nos presentaremos delante de esta Casa y delante de ti, porque tu Nombre reside en ella; te invocaremos en nuestra angustia, y tú oirás y nos salvarás’. (II Crónicas 20, 9)

  • Así habla el Señor: Yo voy a traer una desgracia sobre este lugar y sobre sus habitantes, cumpliendo así todas las maldiciones escritas en el libro que han leído ante el rey de Judá. (II Crónicas 34, 24)

  • Yo voy a reunirte con tus padres: serás sepultado en paz y tus ojos no verán nada de la desgracia que atraeré sobre este lugar". Ellos llevaron la respuesta al rey. (II Crónicas 34, 28)

  • Después le dijo: "¡Bendito seas, hijo mío! Tienes un padre excelente. Es una gran desgracia que un hombre tan justo y generoso se haya quedado ciego". Y echándose al cuello de su hermano Tobías, se puso a llorar. (Tobías 7, 7)

  • "¡Qué desgracia, hijo mío! Yo te dejé ir, a ti, la luz de mis ojos!". (Tobías 10, 5)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina