Löydetty 123 Tulokset: veinte
diez bueyes cebados, veinte bueyes de pastoreo y cien reses de ganado menor, sin contar los ciervos, las gacelas, los antílopes y las aves de corral. (I Reyes 5, 3)
y Salomón le dio a Jirám veinte mil barriles de trigo para la manutención de su casa, más veinte mil cántaros de aceite puro de oliva. Esto era lo que Salomón entregaba a Jirám anualmente. (I Reyes 5, 25)
La Casa que el rey Salomón construyó para el Señor tenía treinta metros de largo, veinte de ancho y quince de alto. (I Reyes 6, 2)
La Casa, es decir, la nave central delante del lugar santísimo, medía veinte metros. (I Reyes 6, 17)
Salomón inmoló, como sacrificios de comunión en honor del Señor, veintidós mil bueyes y ciento veinte mil carneros. Así, el rey y todos los israelitas dedicaron la Casa del Señor. (I Reyes 8, 63)
Durante los veinte años que tardó Salomón en construir los dos edificios -la Casa del Señor y la casa del rey- (I Reyes 9, 10)
Jirám, rey de Tiro, le proporcionó madera de cedro, madera de ciprés y oro a discreción. Por eso, al cabo de ese tiempo, Salomón cedió a Jirám veinte poblados en la región de Galilea. (I Reyes 9, 11)
Jirám había enviado al rey Salomón ciento veinte talentos de oro. (I Reyes 9, 14)
Ellos fueron a Ofir, y trajeron de allí cuatrocientos veinte talentos de oro, que entregaron a Salomón. (I Reyes 9, 28)
La reina regaló al rey ciento veinte talentos de oro, una enorme cantidad de perfumes y piedras preciosas; nunca más se recibieron tantos perfumes como los que la reina de Sabá dio al rey Salomón. (I Reyes 10, 10)
Los demás huyeron a la ciudad de Afec, pero la muralla se desplomó sobre los veinte mil hombres que aún quedaban. Ben Hadad se refugió en la ciudad, huyendo de un lugar a otro. (I Reyes 20, 30)
Llegó un hombre de Baal Salisá, trayendo al hombre de Dios pan de los primeros frutos: veinte panes de cebada y grano recién cortado, en una alforja. Eliseo dijo: "Dáselo a la gente para que coman". (II Reyes 4, 42)