Löydetty 12 Tulokset: voces

  • Pero Josué dio esta orden al pueblo: "No lancen ningún grito de guerra ni dejen oír sus voces; que no salga de la boca de ustedes ninguna palabra, hasta que yo les diga: ‘¡Griten!’. Sólo entonces gritarán". (Josué 6, 10)

  • Los que tocaban las trompetas y los cantores hacían oír sus voces al unísono, para alabar y celebrar al Señor. Y cuando ellos elevaban la voz al son de las trompetas, de los címbalos y de los instrumentos musicales, para alabar al Señor "porque es bueno, porque es eterno su amor", una nube llenó el Templo, la Casa del Señor, (II Crónicas 5, 13)

  • Y toda la asamblea prorrumpió en un amargo llanto, implorando a grandes voces al Señor Dios. (Judit 7, 29)

  • voces horribles resuenan en sus oídos, en plena paz, lo asalta el devastador. (Job 15, 21)

  • Relincha a cada toque de trompeta, desde lejos olfatea la batalla, las voces de mando y los gritos de guerra. (Job 39, 25)

  • Los ríos hacen resonar sus voces, Señor, los ríos hacen resonar su fragor. (Salmos 93, 3)

  • Para tus santos, en cambio, brillaba una intensa luz. Los egipcios, que oían sus voces, sin distinguir su figura, los consideraban dichosos porque no tenían que sufrir como ellos, (Sabiduría 18, 1)

  • Del trono salían relámpagos, voces y truenos, y delante de él ardían siete lámparas de fuego, que son los siete Espíritus de Dios. (Apocalipsis 4, 5)

  • y gritó con voz potente, semejante al rugido del león. Entonces, los siete truenos hicieron resonar sus voces. (Apocalipsis 10, 3)

  • Cuando el séptimo Ángel tocó la trompeta, resonaron en el cielo unas voces potentes que decían: «El dominio del mundo ha pasado a manos de nuestro Señor y de su Mesías, y él reinará por los siglos de los siglos». (Apocalipsis 11, 15)

  • En ese momento se abrió el Templo de Dios que está en el cielo y quedó a la vista el Arca de su Alianza, y hubo rayos, voces, truenos y un temblor de tierra, y cayó una fuerte granizada. (Apocalipsis 11, 19)

  • Y hubo relámpagos, voces, truenos y un violento terremoto como nunca había sucedido desde que los hombres viven sobre la tierra. (Apocalipsis 16, 18)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraquíssimo com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina