Löydetty 17 Tulokset: Sabrás

  • Si tu padre dice: "Está bien," tu siervo está a salvo; pero si se enfurece, sabrás que por su parte está decretada la ruina. (I Samuel 20, 7)

  • Se acercó a Ajab, rey de Israel, un profeta y le dijo: «Así habla Yahveh: ¿Has visto esta gran multitud? Hoy la entrego en tus manos y sabrás que yo soy Yahveh.» (I Reyes 20, 13)

  • El hombre de Dios se acercó al rey de Israel y dijo: «Así habla Yahveh: Por haber dicho los arameos: Yahveh es un Dios de la montaña, no es Dios de las llanuras, voy a entregar toda esta gran muchedumbre en tus manos y sabrás que yo soy Yahveh.» (I Reyes 20, 28)

  • Sabrás que tu tienda está a cubierto, nada echarás en falta cuando revises tu morada. (Job 5, 24)

  • Sabrás que tu descendencia es numerosa, tus vástagos, como la hierba de la tierra. (Job 5, 25)

  • Pregunta y sabrás quién soy yo y quiénes los auxiliares nuestros. Ellos dicen que no podréis manteneros frente a nosotros, que ya dos veces tus padres fueron derrotados en su país, (I Macabeos 10, 72)

  • Vendrá sobre ti una disgracia que no sabrás conjurar; caerá sobre ti un desastre que no podrás evitar. Vendrá sobre ti súbitamente una devastación que no sospechas. (Isaías 47, 11)

  • Reyes serán tus tutores, y sus princesas, nodrizas tuyas. Rostro en tierra se postrarán ante ti, y el polvo de tus pies lamerán. Y sabrás que yo soy Yahveh; no se avergonzarán los que en mí esperan. (Isaías 49, 23)

  • Te nutrirás con la leche de las naciones, con las riquezas de los reyes serás amamantada, y sabrás que yo soy Yahveh tu Salvador, y el que rescata, el Fuerte de Jacob. (Isaías 60, 16)

  • Yo mismo restableceré mi alianza contigo, y sabrás que yo soy Yahveh, (Ezequiel 16, 62)

  • por ti misma te verás profanada a los ojos de las naciones, y sabrás que yo soy Yahveh. (Ezequiel 22, 16)

  • por eso, he aquí que yo extiendo mi mano contra ti y te entregaré al saqueo de las naciones, te extirparé de entre los pueblos y te exterminaré de entre los países. Te destruiré, y sabrás que yo soy Yahveh. (Ezequiel 25, 7)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina