Löydetty 384 Tulokset: cabeza

  • He aquí lo que manda Yahveh: Que cada uno recoja cuanto necesite para comer, un gomor por cabeza, según el número de los miembros de vuestra familia; cada uno recogerá para la gente de su tienda.» (Exodo 16, 16)

  • Habrá en su centro una abertura para la cabeza; esta abertura llevará en derredor una orla, tejida como el cuello de una cota, para que no se rompa. (Exodo 28, 32)

  • Pondrás la tiara sobre su cabeza, y sobre la tiara colocarás la diadema sagrada. (Exodo 29, 6)

  • Entonces tomarás el óleo de la unción, lo derramarás sobre su cabeza y así le ungirás. (Exodo 29, 7)

  • Presentarás el novillo ante la Tienda del Encuentro, y Aarón y sus hijos impondrán las manos sobre la cabeza del novillo. (Exodo 29, 10)

  • Después tomarás uno de los carneros y Aarón y sus hijos impondrán las manos sobre la cabeza del carnero. (Exodo 29, 15)

  • Luego despedazarás el carnero, lavarás sus entrañas y sus patas; las pondrás sobre sus porciones y sobre su cabeza, (Exodo 29, 17)

  • Tomarás también el segundo carnero, y Aarón y sus hijos impondrán las manos sobre la cabeza del carnero. (Exodo 29, 19)

  • un becá por cabeza, o sea medio siclo, en siclos del Santuario, para cada hombre comprendido en el censo de los 603.550 hombres, de veinte años en adelante. (Exodo 38, 26)

  • Impondrá su mano sobre la cabeza de la víctima y le será aceptada para que le sirva de expiación. (Levítico 1, 4)

  • luego, los hijos de Aarón, los sacerdotes, dispondrán las porciones, la cabeza y el sebo, encima de la leña colocada sobre el fuego del altar. (Levítico 1, 8)

  • Luego, lo despedazará en porciones, y el sacerdote las dispondrá, con la cabeza y el sebo, encima de la leña colocada sobre el fuego del altar. (Levítico 1, 12)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina