Löydetty 33 Tulokset: Acabó

  • El Señor aspiró el perfume agradable, y se dijo: "No maldeciré más la tierra por causa del hombre, porque los impulsos del corazón del hombre tienden al mal desde su adolescencia; jamás volveré a castigar a los seres vivientes como acabo de hacerlo. (Génesis 8, 21)

  • Dios dijo a Noé: "Tal es la señal del pacto que acabo de establecer entre mí y todos los seres vivientes de la tierra". (Génesis 9, 17)

  • Cuando acabó de beber le dijo: "También sacaré agua para tus camellos hasta que se harten". (Génesis 24, 19)

  • llamó a su hijo Jacob y le dijo: "Acabo de oír a tu padre decir a tu hermano: (Génesis 27, 6)

  • Tan pronto como Isaac acabó de bendecir a Jacob y éste salió de su presencia, volvió de la caza su hermano Esaú. (Génesis 27, 30)

  • En Egipto y Canaán se acabó el dinero. Todos los egipcios se llegaron a José diciéndole: "Danos pan; ¿es que vamos a morir ante tus ojos porque no tenemos ya dinero?". (Génesis 47, 15)

  • Cuando acabó de dar estas órdenes a sus hijos, recogió sus pies en la cama, entregó su espíritu y se reunió con los suyos. (Génesis 49, 33)

  • Cuando Moisés acabó de levantar la tienda, la ungió con aceite y la consagró con todo su mobiliario, el altar y todos sus accesorios; (Números 7, 1)

  • Él respondió: "No, yo soy el jefe del ejército del Señor y acabo de llegar". Josué cayó rostro en tierra, le adoró y le dijo: "¿Cuáles son las órdenes de mi Señor a su siervo?". (Josué 5, 14)

  • Él me dijo: Acércate a mí, por favor, y mátame; porque estoy en la agonía y no acabo de morir. (II Samuel 1, 9)

  • Cuando acabó Salomón de construir el templo del Señor, el palacio real y todo cuanto se había propuesto hacer, (I Reyes 9, 1)

  • Cuando todo acabó, los israelitas que habían estado presentes recorrieron las ciudades de Judá destruyendo los cipos sagrados, las imágenes de Aserá, los lugares de culto de las colinas y los altares en todo Judá, Benjamín, Efraín y Manasés hasta su extinción total. Luego regresaron a sus ciudades, cada uno a su propiedad. (II Crónicas 31, 1)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina