Löydetty 35 Tulokset: Porteros

  • De los porteros: Salún, Acub, Talmón, Ajinán y sus hermanos. Salún era el jefe. (I Crónicas 9, 17)

  • Hasta el presente estaban encargados de la puerta real, al oriente, y eran porteros en los campamentos de los hijos de Leví. (I Crónicas 9, 18)

  • Salún, hijo de Coré, hijo de Abiasaf, hijo de Córaj, y sus hermanos, los corajitas, de la misma casa patriarcal, se dedicaban al servicio litúrgico y guardaban como porteros la entrada de la tienda, como habían hecho sus padres un día con la entrada del campamento del Señor. (I Crónicas 9, 19)

  • Los porteros que guardaban las entradas, hombres elegidos, sumaban en total 212, registrados por poblaciones. Los habían constituido en sus funciones David y Samuel, el vidente, como premio a su fidelidad. (I Crónicas 9, 22)

  • Los porteros estaban colocados en los cuatro puntos cardinales: este, oeste, norte y sur. (I Crónicas 9, 24)

  • En cambio, los cuatro jefes de los porteros que permanecían allí siempre eran levitas y tenían a su cargo las cámaras y tesoros del templo de Dios. (I Crónicas 9, 26)

  • Después de ellos, en segundo lugar, estaban sus hermanos: Zacarías, Yaziel, Semiramot, Yejiel, Uní, Eliab, Benayas, Maaseyas, Matatías, Eliflehú, Micneyas, Obededón y Yeiel, porteros; (I Crónicas 15, 18)

  • Berequías y Elcaná eran porteros del arca; (I Crónicas 15, 23)

  • Sebanías, Josafat, Natanael, Amasay, Zacarías, Benayas y Eliezer, sacerdotes, tocaban la trompeta delante del arca de Dios. Obededón y Yejías eran también porteros del arca. (I Crónicas 15, 24)

  • David vestía un manto de lino, lo mismo que todos los levitas que llevaban el arca, los cantores, Quenanías, director del cortejo y los porteros. David llevaba además el efod de lino. (I Crónicas 15, 27)

  • y estableció a Obededón, hijo de Yedutún, a Josá y a sus sesenta y ocho hermanos como porteros. (I Crónicas 16, 38)

  • cuatro mil porteros y los otros cuatro mil alababan al Señor con los instrumentos que para este fin había hecho David. (I Crónicas 23, 5)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina