Löydetty 126 Tulokset: Preceptos

  • porque Abrahán me obedeció y guardó mis preceptos y mandamientos, mis estatutos y mis leyes". (Génesis 26, 5)

  • y podáis enseñar a los israelitas todos los preceptos que el Señor les ha dado por medio de Moisés". (Levítico 10, 11)

  • Observaréis mis preceptos y mis leyes, pues el que los cumpla encontrará la vida en ellos: yo, el Señor. (Levítico 18, 5)

  • Guardad todas mis leyes y preceptos y ponedlos en práctica: yo, el Señor". (Levítico 19, 37)

  • Obedeceréis mis leyes, observaréis mis preceptos poniéndolos en práctica y habitaréis seguros en la tierra. (Levítico 25, 18)

  • Pero tú quédate aquí, junto a mí, pues te quiero comunicar todas las leyes, mandamientos y preceptos que les has de enseñar para que los pongan en práctica en la tierra que les voy a dar. (Deuteronomio 5, 31)

  • Éstas son las leyes, mandamientos y preceptos que el Señor, vuestro Dios, me mandó enseñaros para que los pongáis en práctica en la tierra en la que vais a entrar y a poseerla; (Deuteronomio 6, 1)

  • Guardad con gran cuidado los mandamientos del Señor, vuestro Dios, los preceptos y las leyes que él os da. (Deuteronomio 6, 17)

  • Cuando un día tu hijo te pregunte: ¿Qué son estos mandamientos, estas leyes y preceptos que nos ha prescrito el Señor?, (Deuteronomio 6, 20)

  • Guárdate bien de olvidarte del Señor, tu Dios, descuidando sus mandamientos, sus leyes y sus preceptos, que yo te prescribo hoy. (Deuteronomio 8, 11)

  • Ama al Señor, tu Dios, y cumple siempre lo que te ha ordenado: sus leyes, sus preceptos, sus mandamientos. (Deuteronomio 11, 1)

  • Hoy te manda el Señor, tu Dios, poner por obra estos preceptos y mandatos. Guárdalos y ponlos en práctica con todo tu corazón y toda tu alma. (Deuteronomio 26, 16)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina