Löydetty 716 Tulokset: nombre

  • El Señor bajó en la nube y se paró junto a él, y Moisés proclamó el nombre de El Señor. (Exodo 34, 5)

  • No adorarás a otro Dios, porque el nombre del Señor es Celoso y él es un Dios celoso. (Exodo 34, 14)

  • Moisés dijo a los israelitas: "Mirad, el Señor ha llamado por su nombre a Besalel, hijo de Urí, hijo de Jur, de la tribu de Judá, (Exodo 35, 30)

  • Las piedras eran doce, según los nombres de las doce tribus de Israel, grabadas al modo como se graban los sellos, cada una con su nombre, según las doce tribus. (Exodo 39, 14)

  • No darás a tus hijos para ser pasados por el fuego en honor de Moloc profanando el nombre de Dios: yo, el Señor. (Levítico 18, 21)

  • No juréis en falso por mi nombre, pues sería profanar el nombre de Dios: yo, el Señor. (Levítico 19, 12)

  • Yo me volveré contra ese hombre y lo extirparé de en medio de su pueblo, por haber entregado un hijo suyo a Moloc manchando mi santuario y profanando mi santo nombre. (Levítico 20, 3)

  • Estarán consagrados a su Dios y no profanarán su nombre, pues son ellos los que presentan las ofrendas al Señor, alimento de su Dios; estarán en estado de santidad. (Levítico 21, 6)

  • "Di a Aarón y a sus hijos que se santifiquen con las cosas santas de los israelitas y no profanen mi santo nombre: yo, el Señor. (Levítico 22, 2)

  • No profanaréis mi santo nombre, para que sea yo santificado en medio de los israelitas: yo, el Señor, que os santifico. (Levítico 22, 32)

  • Blasfemó y maldijo el nombre del Señor. Su madre se llamaba Selomit, hija de Dibrí, de la tribu de Dan. (Levítico 24, 11)

  • y el que blasfeme el nombre del Señor será castigado con la muerte; toda la comunidad lo apedreará. El que blasfeme el nombre del Señor morirá, tanto el extranjero como el indígena. (Levítico 24, 16)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina