Löydetty 29 Tulokset: sufrimientos

  • Pero cuando caigan sobre ellos innumerables sufrimientos y desgracias, este cántico servirá de testimonio contra ellos, pues sus descendientes no lo habrán olvidado. Yo conozco las malas inclinaciones que ya hoy tiene, aun antes de entrar en la tierra que les prometí con juramento". (Deuteronomio 31, 21)

  • que se fue agravando de día en día, hasta que, al cabo de dos años, reventó, muriendo así en medio de terribles sufrimientos. El pueblo no encendió fuego en su honor, como había hecho con sus antecesores. (II Crónicas 21, 19)

  • porque han perseguido al que tú heriste y han aumentado los sufrimientos de tus víctimas. (Salmos 69, 27)

  • Alcimo murió en medio de grandes sufrimientos. (I Macabeos 9, 56)

  • Con todo, eran nuestros sufrimientos los que llevaba, nuestros dolores los que le pesaban, mientras nosotros le creíamos azotado, herido por Dios y humillado. (Isaías 53, 4)

  • Después de las penas de su alma, verá la luz y quedará colmado. Por sus sufrimientos mi siervo justificará a muchos y cargará sobre sí las iniquidades de ellos. (Isaías 53, 11)

  • Como un pozo hace manar sus aguas, así hace manar ella sus crímenes. ¡Violencia! ¡Injusticia! Esto es lo que se oye en ella; ante mí, sin cesar, sufrimientos y heridas. (Jeremías 6, 7)

  • Su fama se extendió por toda Siria. Le traían todos los que se sentían mal, aquejados de diversas enfermedades y sufrimientos, endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los curaba. (Mateo 4, 24)

  • Y no sólo esto, sino que nos alegramos también en los sufrimientos, conscientes de que los sufrimientos producen la paciencia, (Romanos 5, 3)

  • alegres en la esperanza, pacientes en los sufrimientos, constantes en la oración; (Romanos 12, 12)

  • que nos consuela en todos nuestros sufrimientos para que nosotros podamos consolar a todos los que sufren con el consuelo que nosotros mismos recibimos de Dios. (II Corintios 1, 4)

  • Pues si participamos grandemente en los sufrimientos de Cristo, también gracias a Cristo recibimos un gran consuelo. (II Corintios 1, 5)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina