17. él le abrió todo su corazón y le dijo: "La navaja no ha pasado nunca por mi cabeza, porque estoy consagrado a Dios desde el seno de mi madre. Si me cortaran el cabello, mi fuerza se apartaría de mí, me debilitaría y sería como los demás hombres."





“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina