23. a la asamblea en fiesta de los primeros ciudadanos del cielo; a Dios, juez universal, al que rodean los espíritus de los justos que ya alcanzaron su perfección;





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina