3. Se pusieron de pie permaneciendo en su lugar, y se leyó en el libro de la Ley de Yavé, su Dios, por espacio de tres horas; durante otras tres horas confesaron sus pecados y quedaron postrados ante Yavé, su Dios.





O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina