Trouvé 26 Résultats pour: Contento

  • El día veintitrés del mes séptimo, Salomón mandó al pueblo a sus tierras alegre y contento por el bien que Yavé había hecho a David, a Salomón y a su pueblo Israel. (2 Crónicas 7, 10)

  • Todo el pueblo del país estaba contento, y la ciudad quedó tranquila; en cuanto a Atalía, la habían matado a espada. (2 Crónicas 23, 21)

  • Tobías entró muy contento, bendiciendo al Señor. Luego contó al padre el éxito de su viaje, cómo consiguió el dinero, y su matrimonio con Sara, hija de Ragüel, que venía ya cerca de las puertas de Nínive. (Tobías 11, 15)

  • Tobit, contento y alabando a Dios, salió al encuentro de su nuera a la puerta de Nínive. Todos los que lo veían caminar sin ayuda de nadie quedaban maravillados. Tobit proclamaba delante de ellos que Dios había tenido piedad de él y lo había sanado. (Tobías 11, 16)

  • El último día de los festejos, el rey, que estaba contento por el vino, ordenó a siete de sus sirvientes, que lo atendían personalmente, que fueran a buscar a la reina Vasti. (Ester 1, 10)

  • Dejan correr a sus niños como ovejas; sus hijos brincan de contento. (Job 21, 11)

  • No contento con esto, Antíoco se atrevió a entrar en el Templo más santo de toda la tierra, guiado por Menelao, el traidor a las leyes y a la patria. (2 Macabeos 5, 15)

  • pasa igual que para quien toma vino: no vale nada beber vino puro o sólo agua, sino que todo el placer y el contento del que bebe depende del arte con que se mezcló el vino con agua. Esta será mi última palabra. (2 Macabeos 15, 39)

  • Corazón contento, rostro radiante; corazón triste, espíritu abatido. (Proverbios 15, 13)

  • "¡Mal negocio, mal negocio!" dice el comprador, pero se va contento. (Proverbios 20, 14)

  • Estaría más contento con un león o un dragón que con una mujer malvada. (Sirácides (Eclesiástico) 25, 16)

  • Rico o pobre tendrá contento el corazón; en todo momento se verá la felicidad en su rostro. (Sirácides (Eclesiástico) 26, 4)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina