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  • Estando ya para entrar en Egipto, dijo a Saray, su esposa: «Estoy pensando que eres una mujer hermosa. (Génesis 12, 11)

  • El hombre los hizo entrar en la casa de José y les dio agua para que se lavaran los pies, y mandó dar forraje a sus burros. (Génesis 43, 24)

  • Al entrar José en la casa, le ofrecieron el regalo y lo saludaron inclinándose hasta el suelo. (Génesis 43, 26)

  • El sacerdote que se tome de los hijos de Aarón para sucederlo las vestirá durante siete días cuando lo consagren para entrar en la Tienda de las Citas y para oficiar en el Santuario. (Exodo 29, 30)

  • Y al entrar Moisés en la Tienda, la nube en forma de columna bajaba y se detenía a la entrada de la Tienda, mientras Yavé hablaba a Moisés. (Exodo 33, 9)

  • No hagas ningún pacto con el habitante del país en que vas a entrar, no sea que se transforme en una trampa para ti. (Exodo 34, 12)

  • Moisés ya no podía entrar en la Tienda de las Citas, pues la Nube descansaba sobre ella y la Gloria de Yavé llenaba la Morada. (Exodo 40, 35)

  • Pero si el sacerdote comprueba al entrar que, después de revocada la casa, la mancha no se ha extendido por ella, la declarará pura, pues ha sanado del mal. (Levítico 14, 48)

  • Para que pueda entrar en el Santuario, Aarón deberá procurarse un novillo para el sacrificio por el pecado y un carnero para el holocausto. (Levítico 16, 3)

  • Luego entrará Aarón en la Tienda de las Citas y, despojándose de las vestiduras de lino con que se había vestido al entrar en el Santuario, las dejará allí. (Levítico 16, 23)

  • de todos los de más de treinta años hasta los cincuenta, aptos para entrar al servicio de la Tienda de las Citas. (Números 4, 3)

  • Pero a mi servidor Caleb lo haré entrar a esa tierra a la que ya entró, y se la daré a su posteridad, porque tuvo un espíritu distinto y me siguió sin vacilar. (Números 14, 24)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina