Trouvé 1815 Résultats pour: Hijo

  • ¿Quién ha vencido al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1º Carta de Juan 5, 5)

  • Si aceptamos el testimonio de los hombres, mucha más fuerza tiene el testimonio de Dios, y hay un testimonio de Dios, una declaración suya a favor de su Hijo. (1º Carta de Juan 5, 9)

  • Quien cree en el Hijo de Dios está guardando en sí la declaración de Dios. Quien no cree, hace a Dios mentiroso, ya que no cree al testimonio de Dios en favor de su Hijo. (1º Carta de Juan 5, 10)

  • Pues bien, este es el testimonio: que Dios nos ha dado la vida eterna, y que dicha vida está en su Hijo. (1º Carta de Juan 5, 11)

  • El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. (1º Carta de Juan 5, 12)

  • Les he escrito, pues, a ustedes que creen en el Nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna. (1º Carta de Juan 5, 13)

  • Sabemos también que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al que es Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo; ahí tienen el Dios verdadero y la Vida eterna. (1º Carta de Juan 5, 20)

  • Reciban gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de su Hijo Cristo Jesús, en la verdad y el amor. (2º Carta de Juan 1, 3)

  • El que se aventura y no permanece en la doctrina de Cristo, no posee a Dios; el que permanece en la doctrina, ése posee al Padre y al Hijo. (2º Carta de Juan 1, 9)

  • y en medio de los candeleros vi como a un hijo de hombre, vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y un cinturón de oro a la altura del pecho. (Apocalipsis 1, 13)

  • Escribe al ángel de la Iglesia de Tiatira: Así habla el Hijo de Dios, cuyos ojos son como llama de fuego y cuyos pies parecen de bronce brillante: (Apocalipsis 2, 18)

  • con su cola barre la tercera parte de las estrellas del cielo, precipitándolas sobre la tierra. El dragón se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera. (Apocalipsis 12, 4)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina