Trouvé 543 Résultats pour: camino

  • Los Israelitas le dijeron: "Iremos por el camino y si bebemos de tu agua, nosotros y nuestros rebaños, te la pagaremos. Sólo dejaremos la huella de nuestros pies". (Números 20, 19)

  • El rey de Arad, un cananeo que vivía en el Neguev, supo que Israel venía por el camino de Atarim. Atacó a Israel y tomó algunos prisioneros. (Números 21, 1)

  • Dejaron el monte Hor por el camino del mar de Suf para rodear el territorio de Edom. En el camino el pueblo perdió la paciencia (Números 21, 4)

  • "Déjame pasar por tu territorio. No atravesaremos por tus campos ni por tus viñas, ni beberemos el agua de tus pozos. Iremos por el camino real, hasta que hayamos atravesado tu país". (Números 21, 22)

  • Dando un rodeo, tomaron el camino de Basán. Og, rey de Basán, se lanzó en su contra junto con todo su pueblo y les presentó batalla en Edrei. (Números 21, 33)

  • Estalló la cólera de Dios contra Balaam cuando todavía estaba en camino. El ángel de Yavé se paró en medio del caminmo para cerrarle el paso, mientras venía en su burra acompañado de dos sirvientes. (Números 22, 22)

  • La burra vio al ángel de Yavé que le impedía el paso, con su espada desenvainada en la mano derecha. La burra dio un rodeo por el campo y Balaam le pegó a la burra para hacerla volver al camino. (Números 22, 23)

  • Entonces Yavé abrió los ojos de Balaam: vio al ángel de Yavé de pie en medio del camino, con su espada desenvainada en la mano. Se arrodilló y se postró con su nariz en tierra. (Números 22, 31)

  • El ángel de Yavé le dijo entonces a Balaam: "Anda con esos señores, pero sólo dirás las palabras que yo te trasmita". Balaam siguió pues su camino junto con los jefes enviados por Balac. (Números 22, 35)

  • Balaam se puso en camino para volver a su casa, y Balac se fue también por su camino. (Números 24, 25)

  • Anduvieron tres días de camino por el desierto de Etam y acamparon en Mará. (Números 33, 8)

  • Desde el Horeb hasta Cadés Barné, habían corrido once días de camino por los montes de Seir. (Deuteronomio 1, 2)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina