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  • El quincuagésimo segundo año de Azarías, rey de Judá, comenzó a reinar sobre Israel, en Samaría, Pécaj, hijo de Remalías, y reinó veinte años. (II Reyes 15, 27)

  • Ajaz tenía veinte años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén. Él no hizo lo que es recto a los ojos del Señor, su Dios, a diferencia de su padre David. (II Reyes 16, 2)

  • de los descendientes de Quehat, a Uriel, el jefe, y a sus hermanos: ciento veinte en total; (I Crónicas 15, 5)

  • de los de Merarí, a Asaías, el jefe, y a sus hermanos: doscientos veinte en total; (I Crónicas 15, 6)

  • Capturó mil carros, siete mil soldados de caballería y veinte mil hombres de a pie, y mutiló todos los caballos de los carros de guerra, reservándose sólo cien. (I Crónicas 18, 4)

  • Estos son los hijos de Leví, según sus familias, los jefes de ellas, registrados nominalmente en el censo, uno por uno. Ellos estaban dedicados al servicio de la Casa del Señor, a partir de los veinte años de edad. (I Crónicas 23, 24)

  • Conforme a estas últimas disposiciones de David, se hizo el cómputo de los hijos de Leví de veinte años para arriba. (I Crónicas 23, 27)

  • David no hizo el censo de los que tenían menos de veinte años, porque el Señor le había prometido que multiplicaría a Israel como las estrellas del cielo. (I Crónicas 27, 23)

  • Yo daré a los que corten la madera veinte mil cargas de trigo y otras tantas de cebada, veinte mil barriles de vino y otros tantos de aceite: todo esto para el mantenimiento de tus servidores". (II Crónicas 2, 9)

  • los levitas cantores en pleno -Asaf, Hemán y Iedutún, con sus hijos y sus hermanos- vestidos de lino fino, estaban de pie al oriente del altar, con címbalos, arpas y cítaras. Junto a ellos había ciento veinte sacerdotes que tocaban las trompetas. (II Crónicas 5, 12)

  • Al cabo de los veinte años que tardó Salomón en construir la Casa del Señor y su propia casa, (II Crónicas 8, 1)

  • La reina regaló al rey ciento veinte talentos de oro, una enorme cantidad de perfumes y piedras preciosas; nunca más hubo tantos perfumes como los que la reina de Sabá dio al rey Salomón. (II Crónicas 9, 9)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina