Trouvé 126 Résultats pour: esperanza

  • Que nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos amó y nos dio gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, (II Tesalonicenses 2, 16)

  • Pablo, Apóstol de Jesucristo por mandato de Dios, nuestro Salvador, y de Cristo Jesús, nuestra esperanza, (I Timoteo 1, 1)

  • Nosotros nos fatigamos y luchamos porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, especialmente de los que creen. (I Timoteo 4, 10)

  • con la esperanza de la Vida eterna. Esta Vida ha sido prometida antes de todos los siglos por el Dios que no miente, (Tito 1, 2)

  • mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. (Tito 2, 13)

  • a fin de que, justificados por su gracia, seamos en esperanza herederos de la Vida eterna. (Tito 3, 7)

  • mientras que Cristo fue fiel en calidad de Hijo, como jefe de la casa de Dios. Y esa casa somos nosotros, con tal que conservemos la seguridad y la esperanza de la que nos gloriamos. (Hebreos 3, 6)

  • Solamente deseamos que cada uno muestre siempre el mismo celo para asegurar el cumplimiento de su esperanza. (Hebreos 6, 11)

  • De esa manera, hay dos realidades irrevocables -la promesa y el juramento- en las que Dios no puede engañarnos. Y gracias a ellas, nosotros, los que acudimos a él, nos sentimos poderosamente estimulados a aferrarnos a la esperanza que se nos ofrece. (Hebreos 6, 18)

  • Esta esperanza que nosotros tenemos, es como un ancla del alma, sólida y firme, que penetra más allá del velo, (Hebreos 6, 19)

  • -ya que la Ley es incapaz de conducir a la perfección- y se introduce una esperanza mejor, que nos permite acercarnos a Dios. (Hebreos 7, 19)

  • Mantengamos firmemente la confesión de nuestra esperanza, porque aquel que ha hecho la promesa es fiel. (Hebreos 10, 23)


“Proponha-se a exercitar-se nas virtudes”. São Padre Pio de Pietrelcina