Trouvé 55 Résultats pour: Objeto

  • Si uno peca y comete una prevaricación contra Yahveh engañando a su prójimo acerca de un depósito o de un objeto confiado a sus manos, o de algo robado, o bien oprimiendo a su prójimo violentamente, (Levítico 5, 21)

  • o si halla un objeto perdido y lo niega, o jura en falso acerca de cualquiera de las cosas en que el hombre suele pecar; (Levítico 5, 22)

  • Quedará impuro cualquier objeto sobre el que caiga uno de sus cadáveres; ya sea un instrumento de madera, o un vestido, una piel, un saco o cualquier utensilio. Será metido en agua y quedará impuro. (Levítico 11, 32)

  • Cualquier objeto sobre el que caiga alguno de esos cadáveres quedará impuro: el horno y el doble fogón serán derribados; son impuros y los tendréis por impuros. (Levítico 11, 35)

  • o en tejido o cobertor de lino o lana, o en una piel, o en cualquier objeto de cuero, (Levítico 13, 48)

  • si la mancha en el vestido o en la piel, o en el tejido o en el cobertor, o en cualquier objeto hecho de cuero, tiene color verdoso o rojizo, es llaga de lepra y debe ser mostrada al sacerdote. (Levítico 13, 49)

  • El sacerdote examinará la mancha y encerrará el objeto manchado durante siete días. (Levítico 13, 50)

  • Al séptimo, el sacerdote examinará la mancha y si se ha extendido por el vestido, tejido, cobertor, piel o por un objeto de cuero, es un caso de lepra maligna y el objeto es impuro. (Levítico 13, 51)

  • Se quemará el vestido, tejido, cobertor de lana o de lino o el objeto de cuero en que se encuentre la mancha, pues es lepra maligna; será quemado. (Levítico 13, 52)

  • Pero si el sacerdote ve que no se ha extendido la mancha por el vestido, tejido, cobertor o el objeto de cuero, (Levítico 13, 53)

  • hará lavar el objeto manchado y lo encerrará otros siete días. (Levítico 13, 54)

  • Si el sacerdote ve que la mancha, después de haber sido lavada, no ha mudado de aspecto, aunque la mancha no se haya extendido, el objeto es impuro; lo entregarás al fuego: es una infección por la cara y el envés. (Levítico 13, 55)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina