Trouvé 93 Résultats pour: Ruina

  • Dijeron entonces a Faraón sus siervos: «¿Hasta cuándo ha de ser este hombre causa de nuestra ruina? Deja salir a esa gente y que den culto a Yahveh, su Dios. ¿Te darás cuenta a tiempo de que Egipto se pierde?» (Exodo 10, 7)

  • Reduciré vuestras ciudades a ruina y devastaré vuestros santuarios, no aspiraré ya más vuestros calmantes aromas. (Levítico 26, 31)

  • A vosotros os esparciré entre las naciones, y desanvainaré la espada en pos de vosotros. Vuestra tierra será un yermo y vuestras ciudades una ruina. (Levítico 26, 33)

  • A mí me toca la venganza y el pago para el momento en que su pie vacile. Porque está cerca el día de su ruina, ya se precipita lo que les espera. (Deuteronomio 32, 35)

  • Josué incendió Ay y la convirtió para siempre en una ruina, en desolación hasta el día de hoy. (Josué 8, 28)

  • Si tu padre dice: "Está bien," tu siervo está a salvo; pero si se enfurece, sabrás que por su parte está decretada la ruina. (I Samuel 20, 7)

  • Respondió Jonatán: «¡Lojos de ti! Si yo supiera con certeza que por parte de mi padre está decretado que venga la ruina sobre ti, ¿no te lo avisaría?» (I Samuel 20, 9)

  • Supo David que Saúl tramitaba su ruina, y dijo al sacerdote Abiatar: «Acerca el efod.» (I Samuel 23, 9)

  • y dijo David a Saúl: «¿Por qué escuchas a las gentes que te dicen: David busca tu ruina? (I Samuel 24, 10)

  • Date cuenta y mira lo que debes hacer, porque ya está decretada la ruina de nuestro amo y de toda la casa, y es un necio al que nada se puede decir. (I Samuel 25, 17)

  • Ahora, mi señor, por Yahveh y por tu vida, por Yahveh que te ha impedido derramar sangre y tomarte la justicia por tu propia mano, que sean como Nabal tus enemigos y los que buscan la ruina de mi señor. (I Samuel 25, 26)

  • Replicó ella: «Que el rey mencione, por favor, a Yahveh, tu Dios, para que el vengador de sangre no aumente la ruina y no extermine a mi hijo.» El dijo: «Vive Yahveh, que no caerá en tierra ni un cabello de tu hijo.» (II Samuel 14, 11)


“A natureza humana também quer a sua parte. Até Maria, Mãe de Jesus, que sabia que por meio de Sua morte a humanidade seria redimida, chorou e sofreu – e como sofreu!” São Padre Pio de Pietrelcina