Trouvé 38 Résultats pour: Felicidad

  • Mira, yo pongo hoy delante de ti la vida y la felicidad, la muerte y la desgracia. (Deuteronomio 30, 15)

  • Después le dijo su suegra Noemí: "Hija mía, yo debo buscar tu felicidad. (Rut 3, 1)

  • Ahora, pues, levántate, Señor Dios, ven al lugar de tu morada, ven con el arca de tu poder. Que tus sacerdotes, Señor Dios, se revistan de salvación, que tus fieles gocen de felicidad. (II Crónicas 6, 41)

  • Tobías salió y le dijo: "Joven, mi padre te llama". El ángel entró, Tobit lo saludó, y él respondió: "¡Que seas siempre feliz!". Pero Tobit añadió: "¿Qué felicidad puedo yo esperar? Estoy ciego; no puedo ver la luz del cielo; vivo en tinieblas, como los muertos que no pueden ver la luz. Soy un vivo entre los muertos. Oigo la voz de los hombres, pero no los veo". El ángel le respondió: "¡Ánimo! Pronto te curará Dios. ¡Ánimo!". Tobit le dijo: "Mi hijo quiere ir a Media; ¿puedes tú acompañarle y guiarle? Te daré lo que sea, hermano". "Sí, puedo acompañarle -respondió el ángel-. Conozco todos los caminos; he ido frecuentemente a Media, he atravesado las llanuras y las montañas y conozco todos sus senderos". (Tobías 5, 10)

  • Concédeles, Señor, tu misericordia y tu protección, y una vida llena de alegría y felicidad". (Tobías 8, 17)

  • ¿Dónde está, pues, mi esperanza? Y mi felicidad, ¿quién la verá jamás? (Job 17, 15)

  • Y otros mueren con el alma amargada, sin haber gozado de la felicidad. (Job 21, 25)

  • llévame por el camino de tus mandamientos, pues en él encuentro mi felicidad; (Salmos 119, 35)

  • tus mandamientos son mi felicidad, los amo con pasión; (Salmos 119, 47)

  • Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo la felicidad. (Salmos 122, 9)

  • Canción de las subidas. De David Ved qué hermosura y qué felicidad el que los hermanos vivan siempre unidos. (Salmos 133, 1)

  • Los emisarios que habéis mandado a nuestro pueblo nos han informado de vuestra gloria y felicidad. Nos ha llenado de gozo su venida, (I Macabeos 14, 21)


“Leve Deus aos doente; valera’ mais do que qualquer tratamento!” São Padre Pio de Pietrelcina