Trouvé 20 Résultats pour: Hígado

  • Tomas todo el sebo que cubre las entrañas, la redecilla del hígado, los dos riñones y el sebo que los envuelve, y lo quemas sobre el altar. (Exodo 29, 13)

  • Tomas después el sebo del carnero, esto es, el rabo y el sebo que recubre las entrañas, la redecilla del hígado y los dos riñones con el sebo que hay sobre ellos, junto con la pierna derecha, porque es carnero de consagración. (Exodo 29, 22)

  • los dos riñones con la grasa que los envuelve, la grasa que envuelve los lomos y la sabanilla que habrá separado del hígado y los dos riñones. (Levítico 3, 4)

  • los dos riñones, con la grasa que los envuelve, y la que envuelve los lomos y la sabanilla que habrá separado del hígado y de los riñones. (Levítico 3, 10)

  • los dos riñones, con la grasa que los envuelve; la grasa que envuelve los lomos y la sabanilla que habrá separado del hígado y los riñones. (Levítico 3, 15)

  • los riñones con la grasa que los envuelve, y la que envuelve los lomos y la sabanilla que habrá separado del hígado y los riñones, (Levítico 4, 9)

  • los dos riñones, con la grasa que los envuelve y la que envuelve los lomos y la sabanilla que habrá separado del hígado y de los riñones. (Levítico 7, 4)

  • Tomó todas las grasas que envuelven las entrañas, la sabanilla que recubre el hígado y los dos riñones con sus grasas, y los quemó sobre el altar. (Levítico 8, 16)

  • Tomó las grasas, la cola, todas las grasas que envuelven las entrañas, la sabanilla que recubre el hígado, los dos riñones, juntamente con sus grasas, y la pierna derecha; (Levítico 8, 25)

  • Quemó luego sobre el altar las grasas de la víctima, los riñones y la sabanilla del hígado, como el Señor había ordenado a Moisés; (Levítico 9, 10)

  • Las grasas del toro y del carnero, la cola, la grasa que cubre las entrañas, los riñones y la sabanilla del hígado, (Levítico 9, 19)

  • "Abre el pez -le dijo el ángel-, quítale la hiel, el corazón y el hígado y guárdalos; tira las tripas. La hiel, el corazón y el hígado son medicinas excelentes". (Tobías 6, 4)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina