Trouvé 107 Résultats pour: Llama

  • El primero se llama Pisón, y es el que rodea toda la tierra de Javilá, donde hay oro; (Génesis 2, 11)

  • Expulsó al hombre, y puso delante del jardín de Edén los querubines y la llama de la espada flameante para guardar el camino del árbol de la vida. (Génesis 3, 24)

  • Cuando se puso el sol, apareció entre densísimas tinieblas una hornilla humeante y una llama de fuego, que pasó por entre los animales partidos. (Génesis 15, 17)

  • Por esto aquel pozo se llama "pozo de Lajay Roí"; está entre Cades y Béred. (Génesis 16, 14)

  • ¡Pronto! Escápate allá, porque yo no podré hacer nada hasta que tú no hayas llegado". Por eso aquella ciudad se llama Soar. (Génesis 19, 22)

  • Esaú continuó: "No por nada se llama Jacob; ya me ha suplantado dos veces. Se alzó con mi primogenitura, y ahora se ha llevado mi bendición". Y añadió: "¿No tienes ya bendición para mí?". (Génesis 27, 36)

  • Allí se le apareció el ángel del Señor en llama de fuego, en medio de una zarza. Miró, y vio que la zarza ardía sin consumirse. (Exodo 3, 2)

  • una llama que salía de la presencia del Señor consumió el holocausto y las grasas sobre el altar. Ante esta visión, todo el pueblo lanzó gritos de alegría y cayeron rostro en tierra. (Levítico 9, 24)

  • "Llama a la tribu de Leví para que asista al sacerdote Aarón y se ponga a su servicio. (Números 3, 6)

  • ha salido un fuego de Jesbón y una llama de la ciudad de Sijón: ha devorado a Ar de Moab, ha consumido las alturas del Arnón. (Números 21, 28)

  • A media tribu de Manasés le di el resto de Galaad y toda la parte de Basán perteneciente al reino de Og. (Toda la confederación de Argob, todo el Basán, es lo que se llama la tierra de los refaítas. (Deuteronomio 3, 13)

  • El Señor dijo a Moisés: "Se avecina el día de tu muerte. Llama a Josué, y presentaos ante la tienda de la reunión para que yo le dé mis órdenes". Moisés y Josué se presentaron ante la tienda de la reunión. (Deuteronomio 31, 14)


“Combata vigorosamente, se está interessado em obter o prêmio destinado às almas fortes.” São Padre Pio de Pietrelcina