Trouvé 463 Résultats pour: Sacerdote

  • el sacerdote la examinará; si ve el pelo blanco y la piel hundida, es lepra que brota en la quemadura. El sacerdote lo declarará impuro, pues es lepra. (Levítico 13, 25)

  • Si el sacerdote no ve el pelo blanco ni la piel hundida, lo aislará durante siete días, (Levítico 13, 26)

  • Pero si la mancha sigue en el mismo sitio sin extenderse y ha perdido su color, es simplemente la inflamación de la quemadura. El sacerdote lo declarará puro, porque se trata de la cicatriz de la quemadura". (Levítico 13, 28)

  • el sacerdote examinará la llaga; si la llaga está más hundida que la piel y el pelo se ha vuelto amarillento y ralo, declarará impuro al enfermo: es tiña, la lepra de la cabeza y de la barba. (Levítico 13, 30)

  • Si en el reconocimiento de la llaga tiñosa el sacerdote no ve la piel hundida ni el pelo amarillento, aislará al enfermo durante siete días, (Levítico 13, 31)

  • el enfermo se rasurará, excepción hecha de las partes afectadas por la tiña, y el sacerdote lo aislará durante otros siete días, (Levítico 13, 33)

  • el sacerdote lo examinará; si la tiña se ha extendido por la piel, no tiene ya necesidad de examinar si el pelo se ha vuelto amarillento: el enfermo es impuro. (Levítico 13, 36)

  • Pero si la tiña se ha detenido y aparece pelo negro, la tiña está curada; es puro, y así lo declarará el sacerdote. (Levítico 13, 37)

  • el sacerdote las examinará; si las manchas que hay sobre la piel son de un color blancuzco, se trata de eczema que ha brotado en la piel; el enfermo es puro". (Levítico 13, 39)

  • El sacerdote la examinará; si la inflamación de la llaga es de un color blanco rosáceo, como el de la lepra de la piel, (Levítico 13, 43)

  • ese hombre es un leproso e impuro. El sacerdote lo declarará impuro, pues lleva la llaga de la lepra en su cabeza. (Levítico 13, 44)

  • si la mancha es de un color verdoso o rojizo, es un caso de lepra que debe ser mostrado al sacerdote. (Levítico 13, 49)


“Mantenha-se sempre muito unido à Igreja Católica, pois somente ela pode lhe dar a verdadeira paz, porque somente ela possui Jesus Sacramentado que é o verdadeiro príncipe da paz.” São Padre Pio de Pietrelcina