Trouvé 23 Résultats pour: Sufrir

  • Edna, a su vez, dijo a Tobías: "Hijo y hermano querido, quiera el Señor que vuelvas y que yo vea a vuestros hijos antes de morir. Confío mi hija a tu protección. No la hagas sufrir. Vete en paz. Desde ahora yo soy tu madre, y Sara, tu mujer. Que vivamos todos felices durante toda nuestra vida". Los besó y los dejó partir en paz. (Tobías 10, 13)

  • Se pasan el día haciéndome sufrir, sólo piensan en hacerme daño; (Salmos 56, 6)

  • prefiriendo morir valerosamente antes que caer en manos extrañas y sufrir ultrajes indignos de su noble origen. (II Macabeos 14, 42)

  • El Señor no deja al justo sufrir hambre, pero rechaza la codicia del malvado. (Proverbios 10, 3)

  • No calumnies a un criado ante su amo, no sea que te maldiga y tengas que sufrir la pena. (Proverbios 30, 10)

  • Porque al tener que sufrir y al verse castigados por aquellos mismos seres que tenían por dioses, llegaron a reconocer por Dios verdadero al que antes no querían conocer; por esto cayó sobre ellos la suprema condenación. (Sabiduría 12, 27)

  • Al insensato eso le hace sufrir, como a la parturienta la criatura. (Eclesiástico 19, 11)

  • No hables demasiado con el necio ni vayas con el insensato; guárdate de él para no tener disgustos y no mancharte con su contacto. Apártate de él y vivirás tranquilo, y no tendrás que sufrir por su necedad. (Eclesiástico 22, 13)

  • No te rías con él para que no te haga sufrir y acabes rechinando los dientes. (Eclesiástico 30, 10)

  • El rey añadió: "Pues yo veo a cuatro hombres desatados que andan por medio del fuego, sin sufrir daño alguno; más aún, el aspecto del cuarto se parece a un hijo de los dioses". (Daniel 3, 92)

  • "Estaba escrito que el mesías tenía que sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, (Lucas 24, 46)

  • Si tenemos que sufrir, es para vuestro consuelo y salvación. Si somos consolados, es para que vosotros también lo seáis y tengáis ánimos para soportar con paciencia los sufrimientos que nosotros pasamos. (II Corintios 1, 6)


“Vive-se de fé, não de sonhos.” São Padre Pio de Pietrelcina