Trouvé 42 Résultats pour: Timoteo

  • A un kilómetro y medio de allí, cuando marchaban contra Timoteo, salieron contra ellos más de cinco mil soldados de infantería y quinientos de caballería, árabes. (II Macabeos 12, 10)

  • No pudieron encontrar allí a Timoteo, pues se había ido de aquel lugar sin haber decidido nada, dejando en él una guarnición bien fortificada. (II Macabeos 12, 18)

  • Dositeo y Sosípatro, jefes de las tropas del Macabeo, marcharon contra ella y aniquilaron la guarnición dejada por Timoteo, de más de diez mil hombres. (II Macabeos 12, 19)

  • El Macabeo ordenó su ejército en divisiones, puso a aquellos dos al frente de ellas y marchó contra Timoteo, que tenía una fuerza de ciento veinte mil soldados de infantería y dos mil quinientos de caballería. (II Macabeos 12, 20)

  • Timoteo, informado de que Judas marchaba contra él, envió las mujeres, los niños y los bagajes a una fortaleza llamada Carnión, lugar inexpugnable y de acceso difícil por lo quebrado del terreno. (II Macabeos 12, 21)

  • Timoteo vino a caer en manos de las tropas de Dositeo y Sosípatro. Pedía con gran astucia que le perdonasen la vida, pues estaban en sus manos los padres y hermanos de muchos judíos, los cuales no serían perdonados si le mataban a él. (II Macabeos 12, 24)

  • Llegó a Derbe y luego a Listra, donde había un discípulo llamado Timoteo, hijo de una judía creyente y de padre griego. (Hechos 16, 1)

  • Entonces los hermanos hicieron partir a Pablo hacia el mar, y Silas y Timoteo se quedaron allí. (Hechos 17, 14)

  • Los que acompañaban a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y se volvieron en seguida con el encargo para Silas y Timoteo de que se unieran con él lo más pronto posible. (Hechos 17, 15)

  • Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se entregó por completo a la predicación de la palabra, proclamando ante los judíos que Jesús era el mesías. (Hechos 18, 5)

  • Mandó a Macedonia a dos de sus colaboradores, Timoteo y Erasto, y él se detuvo algún tiempo en Asia. (Hechos 19, 22)

  • Le acompañaban Sópatros, hijo de Pirro, de Berea; Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe, y Timoteo; y los asiáticos Tíquico y Trófimo. (Hechos 20, 4)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina