3. El señor es lento para enojarse, pero es grande en poder y no deja a nadie impune. Él camina en la tempestad y el huracán, la nube es el polvo de sus pies.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina