54. Al terminar Salomón esta plegaria y esta súplica, se levantó de delante del altar de Yavé, del lugar donde estaba arrodillado con las manos extendidas hacia el cielo,





“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina