2º Carta de Pedro, 3
8. No olviden, hermanos, que ante el Señor un día es como mil años y mil años son como un día.
8. No olviden, hermanos, que ante el Señor un día es como mil años y mil años son como un día.
“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina