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  • Canaán desde Ara de los Sidonios hasta Afec y los límites con los amorreos. (Josué 13, 4)

  • Esto es lo que recibieron en herencia los israelitas en el país de Canaán; se lo repartieron Eleazar, el sacerdote, y Josué, hijo de Nun, y los jefes de las familias paternas de las tribus de Israel. (Josué 14, 1)

  • Así los hijos de Israel repartieron la tierra de Canaán, tal como Yavé se lo había ordenado a Moisés. (Josué 14, 5)

  • Así tocaron a Manasés diez porciones en la tierra de Canaán, sin contar la tierra de Galaad y de Basán, tras el Jordán. (Josué 17, 5)

  • En Silo, en el país de Canaán, les dijeron lo siguiente: «Yavé mandó por medio de Moisés que se nos dieran ciudades para habitar y campos para alimentar nuestro ganado.» (Josué 21, 2)

  • Con esto, los hijos de Rubén, los de Gad y la media tribu de Manasés se separaron de los hijos de Israel en Silo, en el país de Canaán, el país que habían recibido de Moisés, conforme a la orden de Yavé. (Josué 22, 9)

  • Cuando llegaron a las cercanías del Jordán, en tierra de Canaán, edificaron junto al Jordán un altar de grandes proporciones. (Josué 22, 10)

  • Entonces se dijo entre los hijos de Israel: «Los hijos de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés han edificado el altar que está frente a Canaán, cerca del Jordán.» (Josué 22, 11)

  • Pero yo saqué a Abraham, padre de ustedes, de más allá del Eufrates y lo conduje por todo el país de Canaán; luego le di a Isaac para que tuviera numerosos descendientes. (Josué 24, 3)

  • Estos son los pueblos que Yavé dejó subsistir para probar con ellos a Israel, es decir, a todos los israelitas que no habían conocido ninguna de las guerras de Canaán. (Jueces 3, 1)

  • y él los dejó en poder de Yabín, rey de Canaán. Yabín reinaba en Jasor, y el jefe de su ejército era Sísara, quien vivía en Haroset. (Jueces 4, 2)

  • Vinieron los reyes al combate, combatieron los reyes de Canaán, en Tanac, junto a las aguas de Meguido, pero no recogieron plata. (Jueces 5, 19)


O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina