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  • Por entonces vino Jesús de Galilea al Jordán, para encontrar a Juan y para que éste lo bautizara. (Evangelio según San Mateo 3, 13)

  • Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, en el camino hacia el mar, a la otra orilla del Jordán, Galilea, tierra de paganos, escuchen: (Evangelio según San Mateo 4, 15)

  • Empezaron a seguir a Jesús muchedumbres: gente de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y del otro lado del Jordán. (Evangelio según San Mateo 4, 25)

  • Después de terminar este discurso, Jesús partió de Galilea y llegó a las fronteras de Judea por la otra orilla del Jordán. (Evangelio según San Mateo 19, 1)

  • Toda la provincia de Judea y el pueblo de Jerusalén acudían a Juan para confesar sus pecados y ser bautizados por él en el río Jordán. (Evangelio según San Marcos 1, 5)

  • En aquellos días Jesús vino de Nazaret, pueblo de Galilea, y se hizo bautizar por Juan en el río Jordán. (Evangelio según San Marcos 1, 9)

  • de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán y de las tierras de Tiro y de Sidón, muchísima gente venía a verlo con sólo oír todo lo que hacía. (Evangelio según San Marcos 3, 8)

  • Jesús dejó aquel lugar y se fue a los límites de Judea, al otro lado del Jordán. Otra vez las muchedumbres se congregaron a su alrededor, y de nuevo se puso a enseñarles, como hacía siempre. (Evangelio según San Marcos 10, 1)

  • Juan empezó a recorrer toda la región del río Jordán, predicando bautismo y conversión, para obtener el perdón de los pecados. (Evangelio según San Lucas 3, 3)

  • Jesús volvió de las orillas del Jordán lleno del Espíritu Santo y se dejó guiar por el Espíritu a través del desierto, (Evangelio según San Lucas 4, 1)

  • Esto sucedió en Betabará, al otro lado del río Jordán, donde Juan bautizaba. (Evangelio según San Juan 1, 28)

  • Fueron donde Juan y le dijeron: «Maestro, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, y en cuyo favor tú hablaste, está ahora bautizando y todos se van a él.» (Evangelio según San Juan 3, 26)


“Procuremos servir ao Senhor com todo o coração e com toda a vontade. Ele nos dará sempre mais do que merecemos.” São Padre Pio de Pietrelcina