pronađen 26 Rezultati za: barco

  • Divisamos la isla de Chipre y, dejándola a la izquierda, navegamos rumbo a Siria. Atracamos en Tiro, pues el barco debía dejar su carga en aquel puerto. (Hecho de los Apóstoles 21, 3)

  • Subimos a bordo de un barco de Adrumeto que se dirigía a las costas de Asia y zarpamos; nos acompañaba Aristarco, un macedonio de la ciudad de Tesalónica. (Hecho de los Apóstoles 27, 2)

  • Allí el capitán encontró un barco de Alejandría que se dirigía a Italia, y nos hizo subir a bordo. (Hecho de los Apóstoles 27, 6)

  • Pero el oficial romano confiaba más en el piloto y en el patrón del barco que en las palabras de Pablo. (Hecho de los Apóstoles 27, 11)

  • El barco fue arrastrado y no se logró hacer frente al viento, de manera que nos quedamos a la deriva. (Hecho de los Apóstoles 27, 15)

  • Al tercer día los marineros arrojaron al mar con sus propias manos también el aparejo del barco. (Hecho de los Apóstoles 27, 19)

  • Pero ahora los invito a que recobren el ánimo; sepan que se va a perder el barco, pero no habrá pérdida de vidas. (Hecho de los Apóstoles 27, 22)

  • En cierto momento los marineros intentaron huir del barco y bajaban el bote salvavidas al mar como si quisieran alargar los cables de las anclas de proa. (Hecho de los Apóstoles 27, 30)

  • Pero Pablo dijo al capitán y a los soldados: «Si esos hombres abandonan el barco, ustedes no se salvarán.» (Hecho de los Apóstoles 27, 31)

  • En total éramos (doscientas) setenta y seis personas en el barco. (Hecho de los Apóstoles 27, 37)

  • Una vez satisfechos, tiraron el trigo al mar para reducir el peso del barco. (Hecho de los Apóstoles 27, 38)

  • Cuando amaneció no reconocieron la tierra, pero divisaron una bahía con su playa, y acordaron hacer lo posible por encallar en ella el barco. (Hecho de los Apóstoles 27, 39)


“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina