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  • Cuando hubo acabado de darle agua, le dijo: «También sacaré agua para tus camellos hasta que se sacien.» (Génesis 24, 19)

  • Entonces Judá dijo a Onán: « Cumple con tu deber de cuñado, y toma a la esposa de tu hermano para darle descendencia a tu hermano.» (Génesis 38, 8)

  • Onán sabía que aquella descendencia no sería suya, y así, cuando tenía relaciones con su cuñada, derramaba en tierra el semen, para no darle un hijo a su hermano. (Génesis 38, 9)

  • Hagan con ellos de esta manera, para que vivan y no mueran cuando se acercan a las cosas muy sagradas. Aarón y sus hijos se adelantarán para poner a cada uno en su servicio y darle su carga, (Números 4, 19)

  • Entonces Yavé dijo a Moisés: "A ese hombre hay que darle muerte. Toda la comunidad le lanzará piedras fuera del campamento". (Números 15, 35)

  • Me comprometo a darle el sacerdocio para siempre, a él y a su descendencia, porque se mostró lleno de celo por su Dios y lo reparó en nombre de los Israelitas". (Números 25, 13)

  • En adelante se presentará ante el sacerdote Eleazar y éste consultará a Yavé por medio del Urim para darle una respuesta. A sus órdenes saldrán y a sus órdenes entrarán todos los hijos de Israel, toda la comunidad.» (Números 27, 21)

  • Debes darle, y de buena gana, porque por esto te bendecirá Yavé, tu Dios, en todas tus obras y empresas. (Deuteronomio 15, 10)

  • No se te haga demasiado duro el darle la libertad, porque durante seis años ganaste con él dos veces más que con un asalariado. (Deuteronomio 15, 18)

  • Al contrario, deberá reconocer como primogénito al hijo de la mujer menos amada y darle una parte doble de toda su herencia. Al que engendró primero, a éste le correspoonden los derechos de primogénito. (Deuteronomio 21, 17)

  • Podrán darle cuarenta azotes, no más, no sea que al golpearlo más, sea mucho el castigo y tu hermano quede deshonrado a tus ojos. (Deuteronomio 25, 3)

  • Helí, entonces, preguntó: «¿Qué ruido es éste?» Y al instante se acercó el hombre para darle la noticia. (1 Samuel 4, 14)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina