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  • Pero Jael, la esposa de Jéber, sacó una estaca de la carpa, tomó en su mano un martillo y, acercándose a él sigilosamente, le clavó la estaca en la sien, hasta hundirla en la tierra. Sísara estaba profundamente dormido, agotado por el cansancio. Cuando ya estaba muerto, (Jueces 4, 21)

  • Aquel día, ellos derrotaron a los filisteos desde Micmás hasta Aialón, y el pueblo quedó completamente agotado. (I Samuel 14, 31)

  • Lo sorprenderé cuando esté enteramente agotado y le infundiré terror. Toda la tropa que está con él huirá, y entonces mataré al rey solo. (II Samuel 17, 2)

  • No, no encuentro ninguna ayuda dentro de mí mismo y se me han agotado los recursos. (Job 6, 13)

  • ¡Se me ha agotado el aliento, se han extinguido mis días, sólo me queda el sepulcro! (Job 17, 1)

  • Estoy agotado de tanto gemir: cada noche empapo mi lecho con llanto, inundo de lágrimas mi cama. (Salmos 6, 7)

  • estoy agotado, deshecho totalmente, y rujo con más fuerza que un león. (Salmos 38, 9)

  • ¿Se habrá agotado para siempre su amor, y habrá caducado eternamente su promesa? (Salmos 77, 9)

  • ¡Muerte, tu sentencia es bienvenida para el hombre necesitado y sin fuerzas, gastado por los años y lleno de ansiedades, que se rebela y ha agotado su paciencia! (Eclesiástico 41, 2)

  • El herrero forja la imagen, la trabaja al fuego y la modela con el martillo: la trabaja con su brazo robusto. Después siente hambre y decae su fuerza; si no bebe agua, queda agotado. (Isaías 44, 12)

  • ¡Bel se doblega, Nebo se desploma! Sus estatuas han sido puestas sobre bestias y animales de carga; los ídolos que ustedes llevaban en andas son una carga para el animal agotado. (Isaías 46, 1)

  • Sembraron trigo y cosecharon espinas, se han agotado sin ningún provecho: ¡avergüéncense de sus cosechas, por el ardor de la ira del Señor! (Jeremías 12, 13)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina