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  • Al concluir el período de su purificación, tanto por el hijo como por la hija, la madre presentará al sacerdote, a la entrada de la Carpa del Encuentro, un cordero de un año para ofrecer un holocausto, y un pichón de paloma o una torcaza, para ofrecerlos como sacrificio por el pecado. (Levítico 12, 6)

  • No tendrás relaciones con tu madre, la esposa de tu padre: ella es tu madre, y tú no debes tener relaciones con ella. (Levítico 18, 7)

  • No tendrás relaciones con tu hermana, sea hija de tu padre o de tu madre, sea que haya nacido en la casa o fuera de ella. (Levítico 18, 9)

  • No tendrás relaciones con la hermana de tu madre, porque ella es la misma carne que tu madre. (Levítico 18, 13)

  • Respetarán a su madre y a su padre, y observarán mis sábados. Yo soy el Señor, su Dios. (Levítico 19, 3)

  • Si alguien insulta a su padre o a su madre, será castigado con la muerte: él ha insultado a su padre y a su madre, y por eso su propia sangre caerá sobre él. (Levítico 20, 9)

  • Si un hombre se casa con una mujer y con la madre de esta, lo que hace es una depravación: tanto él como ellas serán quemados, para que no haya tal depravación entre ustedes. (Levítico 20, 14)

  • Si alguien se casa con su hermana -sea hija de su padre o de su madre- de manera que él ve la desnudez de ella, y ella la de él, cometen una ignominia: ambos serán extirpados a la vista de sus compatriotas. Por haber tenido relaciones con su hermana, él deberá cargar con su culpa. (Levítico 20, 17)

  • No tendrás relaciones con la hermana de tu madre ni con la hermana de tu padre, porque eso sería como tener relaciones con uno mismo: los que lo hagan cargarán con su culpa. (Levítico 20, 19)

  • a no ser que se trate de un pariente muy cercano: su madre, su padre, su hijo, su hija o su hermano; (Levítico 21, 2)

  • no entrará donde haya un cadáver ni incurrirá en impureza, aunque sea por su padre o por su madre. (Levítico 21, 11)

  • Cuando nazca un ternero, un cordero o un cabrito, estará siete días con su madre, y a partir del octavo será aceptado como ofrenda que se quema para el Señor. (Levítico 22, 27)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina