pronađen 34 Rezultati za: Ocozías

  • Ajab se fue a descansar con sus padres, y su hijo Ocozías reinó en lugar de él. (I Reyes 22, 40)

  • Entonces Ocozías, hijo de Ajab, dijo a Josafat: "Que mis servidores vayan con los tuyos en las naves". Pero Josafat no aceptó. (I Reyes 22, 50)

  • Ocozías, hijo de Ajab, comenzó a reinar sobre Israel, en Samaría, el decimoséptimo año de Josafat, rey de Judá, y reinó dos años sobre Israel. (I Reyes 22, 52)

  • Ocozías se cayó por el balcón del piso alto de su casa, en Samaría, y quedó malherido. Entonces envió unos mensajeros con este encargo: "Vayan a consultar a Baal Zebub, el dios de Ecrón, si me repondré de mis heridas". (II Reyes 1, 2)

  • El rey murió, conforme a la palabra del Señor que había pronunciado Elías. En lugar de él reinó su hermano Jorám, en el segundo año de Jorám, hijo de Josafat, rey de Judá; porque Ocozías no tenía hijos. (II Reyes 1, 17)

  • El resto de los hechos de Ocozías, lo que él hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel? (II Reyes 1, 18)

  • Jorám se fue a descansar con sus padres, y fue sepultado con ellos en la Ciudad de David. Su hijo Ocozías reinó en lugar de él. (II Reyes 8, 24)

  • El duodécimo año de Jorám, hijo de Ajab, rey de Israel, inició su reinado Ocozías, hijo de Jorám, rey de Judá. (II Reyes 8, 25)

  • Ocozías tenía veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó un año en Jerusalén. Su madre se llamaba Atalía, y era hija de Omrí, rey de Israel. (II Reyes 8, 26)

  • El rey Jorám volvió a Izreel, para hacerse curar de las heridas que le habían infligido los arameos en Ramá, cuando combatía contra Jazael, rey de Arám. Entonces Ocozías, hijo de Jorám, rey de Judá, bajó a Izreel para visitar a Jorám, hijo de Ajab, que estaba herido. (II Reyes 8, 29)

  • Luego subió a su carro y partió para Izreel, porque allí guardaba cama Jorám, y Ocozías, rey de Judá, había bajado a visitarlo. (II Reyes 9, 16)

  • Jorám ordenó: "¡Enganchen mi carro!". Cuando lo engancharon, Jorám, rey de Israel, y Ocozías, rey de Judá, salieron cada uno en su carro al encuentro de Jehú. Lo encontraron en la parcela de Nabot de Izreel, (II Reyes 9, 21)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina