pronađen 23 Rezultati za: Arnón

  • de allí fueron al otro lado del Arnón... Este río salía, en el desierto, de los confines de los amorreos, y servía de frontera entre Moab y los amorreos. (Números 21, 13)

  • Por eso se dice en el Libro de las guerras del Señor: "... Vaheb en Sufá y el valle del Arnón, (Números 21, 14)

  • Israel lo derrotó al filo de la espada, y conquistó su territorio desde el Arnón hasta el Yaboc, hasta los amonitas, pues Yahás estaba en la frontera de los amonitas. (Números 21, 24)

  • pues Jesbón era la residencia de Sijón, rey de los amorreos. Éste había hecho anteriormente la guerra al rey de Moab y le había arrebatado todo el territorio hasta el Arnón. (Números 21, 26)

  • ha salido un fuego de Jesbón y una llama de la ciudad de Sijón: ha devorado a Ar de Moab, ha consumido las alturas del Arnón. (Números 21, 28)

  • Balac supo que llegaba Balaán y salió a su encuentro hacia Ir Moab, en la frontera del Arnón, al final de la frontera. (Números 22, 36)

  • Levantaos, partid y pasad el torrente del Arnón. Yo entrego en tus manos a Sijón, rey de Jesbón, el amorreo, y a su país. (Deuteronomio 2, 24)

  • Desde Aroer, que está al borde del río Arnón, la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo para nosotros ciudad inexpugnable. El Señor, nuestro Dios, las puso todas en nuestras manos. (Deuteronomio 2, 36)

  • De esta manera conquistamos a los dos reyes amorreos toda la Transjordania, desde el torrente Arnón hasta el monte Hermón. ( (Deuteronomio 3, 8)

  • "Tomamos entonces posesión de esta tierra. A las tribus de Rubén y de Gad les di el territorio que va desde Aroer, al borde del río Arnón, hasta la mitad de la montaña de Galaad con sus ciudades. (Deuteronomio 3, 12)

  • A los rubenitas y a los gaditas les di desde Galaad, por un lado, hasta el río Arnón, que hacía de frontera; y, por otro, hasta el río Yaboc, frontera de los amonitas. (Deuteronomio 3, 16)

  • desde Aroer, al borde del río Arnón, hasta el monte Sirión, que es el Hermón-, (Deuteronomio 4, 48)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina