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  • Moisés insistió: "No nos dejes, pues tú conoces bien los lugares donde podremos acampar en el desierto y podrás ser nuestro guía. (Números 10, 31)

  • Moisés envió mensajeros desde Cades: "Al rey de Edón. Esto dice tu hermano Israel: Tú conoces toda nuestra historia. (Números 20, 14)

  • El Señor alejará de ti toda enfermedad y no te enviará ninguna de las malignas plagas de Egipto, que tú bien conoces, sino que las descargará sobre tus enemigos. (Deuteronomio 7, 15)

  • Se trata de un pueblo numeroso, de estatura gigantesca, descendiente de los anaquitas, que tú ya conoces y de los cuales has oído decir: ¿Quién podrá mantenerse firme ante los hijos de Anac? (Deuteronomio 9, 2)

  • y éstos se cumplen, pero luego te dice: Vamos tras otros dioses que tú conoces, y démosles culto, (Deuteronomio 13, 3)

  • Si tu hermano no es de tu ciudad ni lo conoces, encierra el animal en tu casa y tenlo allí hasta que tu hermano venga a buscarlo, y entonces se lo entregarás. (Deuteronomio 22, 2)

  • ¿Es que no conoces tú a Abner, hijo de Ner? Seguro que ha venido para engañarte, para conocer todos tus pasos y para saber lo que haces". (II Samuel 3, 25)

  • ¿Qué más podría decirte David? Tú conoces a tu siervo, Señor. (II Samuel 7, 20)

  • Y añadió: "Tú conoces a tu padre y a sus hombres; son valientes y están furiosos como una osa a la que se ha quitado la cría en el campo. Tu padre es un guerrero y no pasará la noche con el pueblo. (II Samuel 17, 8)

  • escúchala tú desde el cielo, lugar de tu morada, y perdona; da a cada uno según su conducta, pues sólo tú conoces el corazón de todos los hombres; (I Reyes 8, 39)

  • ¿Qué más podrá decirte David respecto de la gloria que has otorgado a tu siervo? Tú ya conoces a tu siervo, Señor. (I Crónicas 17, 18)

  • escucha tú en el cielo, el lugar de tu morada, y perdona; da a cada uno según su conducta, pues sólo tú conoces el corazón de todos los hombres; (II Crónicas 6, 30)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina