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  • Un corazón tranquilo es la vida del cuerpo, la envidia es la caries de los huesos. (Proverbios 14, 30)

  • Panal de miel son las palabras amables, dulzura para el alma y medicina para el cuerpo. (Proverbios 16, 24)

  • Resolví en mi corazón regalar mi cuerpo con el vino, guiando mi corazón con la sabiduría, y entregarme a la necedad para ver dónde está la felicidad de los hombres y lo que hacen debajo de los cielos durante los días de su vida. (Eclesiastés 2, 3)

  • Ir más allá de esto, evítalo, hijo mío: componer muchos libros es una cosa sin fin, y mucho estudio fatiga el cuerpo. (Eclesiastés 12, 12)

  • Pues en el alma malévola no entra la sabiduría, ni habita en un cuerpo esclavo del pecado. (Sabiduría 1, 4)

  • Una vez extinguido, el cuerpo se torna ceniza, y el espíritu se desvanece como aire sutil. (Sabiduría 2, 3)

  • O, mejor, siendo bueno, vine a un cuerpo incontaminado. (Sabiduría 8, 20)

  • Porque el cuerpo corruptible es un peso para el alma, y la morada terrestre oprime el espíritu pensativo. (Sabiduría 9, 15)

  • Venció la revuelta no con la fuerza del cuerpo ni con el empuje de las armas, sino que con la palabra desarmó al que los castigaba, alegando los juramentos y los pactos patriarcales. (Sabiduría 18, 22)

  • ¿Tienes hijas? Vigila su cuerpo, y no les muestres rostro muy sonriente. (Eclesiástico 7, 24)

  • Una pasión ardiente quema como el fuego; no se apagará hasta consumirse. El hombre sensual con su propio cuerpo no cesará hasta que su fuego lo devore. Al lujurioso todo pan le sabe dulce, no se cansará hasta su muerte. (Eclesiástico 23, 17)

  • Como viandante sediento abre ella su boca y bebe de todas las aguas que encuentra; se sienta en cualquier parte y ofrece su cuerpo a la lujuria. (Eclesiástico 26, 12)


“Viva sempre sob o olhar do Bom Pastor e você ficara’ imune aos pastos contaminados.” São Padre Pio de Pietrelcina