pronađen 33 Rezultati za: Sijón

  • Israel envió mensajeros a decir a Sijón, rey de los amorreos: (Números 21, 21)

  • pues Jesbón era la residencia de Sijón, rey de los amorreos. Éste había hecho anteriormente la guerra al rey de Moab y le había arrebatado todo el territorio hasta el Arnón. (Números 21, 26)

  • Por eso dicen los trovadores: "Id a Jesbón; reedificad y fortificad la capital de Sijón; (Números 21, 27)

  • ha salido un fuego de Jesbón y una llama de la ciudad de Sijón: ha devorado a Ar de Moab, ha consumido las alturas del Arnón. (Números 21, 28)

  • ¡Ay de ti, Moab! ¡Estás perdido, pueblo de Camós! Ha abandonado sus hijos a la fuga, y sus hijas a la esclavitud, a manos de Sijón, rey de los amorreos. (Números 21, 29)

  • El Señor dijo a Moisés: "No le temas, pues lo he entregado en tus manos, a él, a su pueblo y su territorio. Trátale como trataste a Sijón, rey de los amorreos, que habitaba en Jesbón". (Números 21, 34)

  • Moisés dio a los hijos de Gad, a los hijos de Rubén y a media tribu de Manasés, hijo de José, el reino de Sijón, rey de los amorreos; el reino de Og, rey de Basán; la tierra con sus ciudades y las ciudades fronterizas. (Números 32, 33)

  • después de haber derrotado a Sijón, rey de los amorreos, que vivía en Jesbón, y a Og, rey de Basán, que vivía en Astarot y Edreí. (Deuteronomio 1, 4)

  • Levantaos, partid y pasad el torrente del Arnón. Yo entrego en tus manos a Sijón, rey de Jesbón, el amorreo, y a su país. (Deuteronomio 2, 24)

  • Desde el desierto de Quedemot envié mensajeros a Sijón, rey de Jesbón, para hacerle estas proposiciones de paz: (Deuteronomio 2, 26)

  • Pero Sijón, rey de Jesbón, no nos permitió pasar por sus dominios, pues el Señor, tu Dios, había hecho inflexible su espíritu y había endurecido su corazón, con el fin de ponerlo en tus manos, como aún lo está hoy. (Deuteronomio 2, 30)

  • El Señor me dijo: He empezado a entregarte a Sijón y a su país. Comienza la conquista y aduéñate de su territorio. (Deuteronomio 2, 31)


“Deus não opera prodígios onde não há fé.” São Padre Pio de Pietrelcina